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La firma del acuerdo Transpacífico y sus repercusiones

10 de febrero de 2016

Compartimos con Ud. una nota muy interesante publicada en el blog El Observatorio del Asia-Pacífico sobre el TPP:

Los dados han sido tirados. 12 países han firmado formalmente “la madre de todos los acuerdos de libre comercio” del mundo: el Acuerdo Transpacífico (TPP en inglés). El acto tuvo lugar el jueves recién pasado en Nueva Zelanda.

Cuando el acuerdo entre en vigor, si la mayoría de países lo logra aprobar en sus respectivos parlamentos, se formará una zona de libre comercio que corresponderá a un 40% del PIB mundial.

Se ha fijado un plazo de dos años para que los firmantes logren hacer pasar el tratado en los respectivos poderes legislativos. En muchos países existen serios cuestionamientos al contenido y normas del texto, y no es seguro que logre pasar en todas partes. Por ello, entrará en vigor hasta que al menos 6 naciones lo hayan ratificado y que además comprendan el 85% del PIB total de la suma de las economías participantes. Esto en la realidad se traduce en que Japón y Estados Unidos deben ratificarlo.

Y en EE.UU. no hay nada escrito aún. Los dos candidatos demócratas – Hillary Clinton y Bernie Sanders- han manifestado objeciones. El líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell ha afirmado “tener problemas con el acuerdo”. Y también los republicanos tienen sus reservas. Es razonable calcular que su revisión y su votación en el Congreso se retrase hasta 2017, luego de las elecciones presidenciales de noviembre próximo.

Las principales críticas de las distintas opiniones públicas al TPP se han centrado en el sigilo de su negociación y en la falta de transparencia; los temores de la pérdida de empleos en los países más ricos; y por débiles normas laborales. Y en América Latina – Perú, Chile y México-, sectores de la sociedad civil han manifestado su preocupación por lo que se teme es la protección de intereses de las multinacionales farmacéuticas, y las posibles trabas a la producción de genéricos , y los precios más altos de las medicinas.

En Japón, se espera que el primer ministro Shinzo Abe logre la aprobación del TPP gracias la mayoría parlamentaria de su Partido Liberal Democrático y sus aliados, aunque el nivel de resistencia sea menor quizás por el recelo que una China cada vez más poderosa despierta en la sociedad japonesa.

Peligros advertidos

Destacados economistas advierten de peligros muy severos. El Nobel de Economía Joseph Stiglitz sostiene que el TPP podría terminar siendo “el peor TLC en décadas”. El profesor asegura que en el capítulo de inversiones, el tratado “limita severamente la regulación en materia de medioambiente, de salud y seguridad e incluso regulaciones financieras con un impacto macroeconómico significativo”.

Por otro lado, sigue argumentando Stiglitz, se abre las puertas a que poderosas corporaciones privadas demanden a los gobiernos nacionales ante tribunales privados internacionales si consideran que alguna legislación contraviene los términos del acuerdo.

“Tengamos la esperanza de que en 2016 el TPP sea derrotado y que inicie una era de acuerdos de libre comercio que no recompense a los poderosos y castigue a los débiles”, es el deseo del Nobel.

Geopolítica y lucha por la hegemonía. Es muy claro que el TPP, patrocinado por Estados Unidos, apunta a consolidar la posición de la superpotencia americana de frente el desafío comercial y geopolítico de China en una estratégica región hacia donde se traslada el centro de gravedad de la economía mundial. Al celebrar la firma, el presidente Barack Obama dijo con claridad: “El TPP permite que sea Estados Unidos y no países como China quienes escriban las reglas del camino en el siglo XXI, lo que es especialmente importante en una región tan dinámica como la de Asia-Pacífico”. Más claro no puede ser.

Excluidos. Los 12 firmantes son Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Perú, Estados Unidos, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Singapur y Vietnam.

China está excluida. También otras economías importantes del este asiático como Taiwán y Corea del Sur no han entrado a esta primera ronda de adherentes. Sin embargo, Seúl ha expresado que su intención es unirse posteriormente. En cuanto a la República de China (Taiwán), tanto el saliente presidente Ma Ying-jeou como el equipo de la presidenta electa Tsai Ing-wen –quien asume el 20 de mayo- han revelado su deseo de que Taiwán firme el TPP.

Los dos años venideros serán la prueba de fuego del ambicioso convenio. Por ahora, los dados han sido tirados.

Alberto Alemán Aguirre es periodista y académico latinoamericano.

Fuente: El Observatorio del Asia-Pacífico